Los restaurantes más antiguos de Madrid
Los que vivimos en las grandes ciudades estamos acostumbrados a que los establecimientos, tiendas o restaurantes de los barrios que nos rodean (especialmente éstos últimos) cambien cada cierto tiempo por diferentes motivos y, donde antes había una zapatería, mañana abre una tienda de electrodomésticos, pasado un bar de copas y así ad infinitum, completando una suerte de ciclo de la vida del comercio.
Madrid es una ciudad bien nutrida de establecimientos centenarios. Precisamente, dentro del apartado de los restaurantes hay unos cuantos establecimientos que llevan acompañando a los madrileños década tras década, sin ceder a la crisis, a las jubilaciones o al cambio de tendencias culinarias imperantes. Hoy vamos a hablarte de los tres restaurantes más antiguos de Madrid.
Guía de viaje por los restaurantes más antiguos de Madrid
Para los que valoréis la tradición como valor añadido de la buena mesa, aquí tenéis nuestro particular listado con el podio de los establecimientos de restauración más venerables de la capital de España.
Botín
Encabeza nuestra lista el legendario Botín, del que no sólo se dice que es el restaurante más antiguo de Madrid, sino del mundo entero (el Libro Guiness así lo atestigua). Su espectacular comedor abovedado, su horno de leña y sus mesas llevan mostrando lo mejor de la gastronomía española y castellana tradicional a madrileños y turistas desde 1725. Su cochinillo asado o su cordero al horno son casi tan legendarios como el local en sí. Lo encontrarás en la calle Cuchilleros, número 17.
Casa Alberto
En el 18 de la Calle Huertas se encuentra Casa Alberto. Este restaurante lleva abierto desde 1827. Famoso por sus vermuts, entre sus platos más celebrados se encuentran los callos, el rabo de toro, los caracoles o las manitas de cordero. No obstante, Casa Alberto ha sabido adaptarse a los tiempos y también incluye una amplia selección de platos de nueva cocina.
La Bola
Desde 1870, La Bola sirve platos tradicionales a los madrileños, elaborados con mimo y el buen gusto que sólo puede proporcionar la tradición. Este establecimiento, ubicado en la calle Bola número 5, sirve el que, según expertos y comensales de a pie, es el mejor cocido madrileño que se puede degustar en la ciudad.