Las mejores zonas para salir por Madrid (I)
Cuenta el refranero español que, de noche, todos los gatos son pardos. Del mismo modo, Goethe solía decir que la noche “es la mejor mitad de la vida”. En este sentido, visitar Madrid de día y de noche es una experiencia completamente distinta, como si de dos ciudades diferentes se tratase. Si Nueva York es la ciudad que nunca duerme, la nuestra no le va muy a la zaga. Hoy queremos hablarte de algunas de las mejores zonas de marcha de Madrid, para que te animes a tomar algo, bailar y divertirte cuando nos visites.
Malasaña
Malasaña fue, sin duda, uno de los epicentros de la Movida Madrileña de los 80. Hoy en día sobreviven algunos de los bares y pubs que hicieron de aquel movimiento de efervescencia creativa algo tan emblemático. Tpdavía siguen al pie del cañón locales como el Pentagrama, el Penta que inmortalizara Nacha Pop en su legendaria Chica de Ayer. Por sus altavoces sigue sonando buena música pop.
La zona experimentó en los 90 una especia de revival, al calor de la eclosión del rock alternativo e indie. Ejemplos de la Malasaña más roquera son pubs como el Tupperware, La Vía Láctea, El Fabuloso o, para los amantes de los sonidos más duros, el Diplodocus.
La Castellana
La Castellana no sólo es la zona de negocios más reconocible de la ciudad. También es una de las mejores zonas para salir de noche por Madrid. La Castellana ofrece una oferta nocturna variada, que va desde las propuestas tecno de La Nuit a los ritmos más roqueros alternativos del Moby Dick Club.
Huertas/Barrio de las Letras
Huertas y Barrio de las Letras conforman una de las zonas de marcha de Madrid preferidas por estudiantes y turistas extranjeros. Ubicada muy cerca de la Puerta del Sol, Huertas pone al alcance del visitante una amplia variedad de locales que conforman una oferta que sólo puede definirse con un adjetivo: ecléctica.
En efecto, desde el jazz, soul y la música en vivo de Populart (más de un cuarto de siglo en la brecha), la Fídula o Café Central, a discotecas al uso como la emblemática Kapital, pasando por verdaderos templos del flamenco como el Tablao Cardamomo.