Conociendo la Puerta de Alcalá
No hay foto, postal o ruta turística por Madrid que no incluya una imagen o parada más que familiar. La Puerta de Alcalá se ha convertido en uno de los símbolos de la capital de España. Protagonista de canciones, escenas de películas, cuadros y miles de recuerdos, el que se considera uno de los puntos neurálgicos de Madrid tiene una gran historia a su espalda.
Entrada histórica a la ciudad
Lejos de ser un recurso lingüístico, el nombre de la Puerta de Alcalá hace referencia directa a sus orígenes y función primigenia. En efecto, este monumento es una de las cinco puertas originales de acceso a la capital de España. En concreto, era la que estaba situada en el camino que llevaba hasta la localidad de Alcalá de Henares.
La Puerta de Alcalá, tal y como hoy la conocemos, fue erigida en el año 1778. Su creación estuvo a cargo del arquitecto Sabatini. La puerta anterior (que existía desde el siglo XVI), en piedra y ladrillo, era mucho más funcional y fue ordenada derribar en favor de la actual, mucho más espectacular.
Sin embargo, este monumento no siempre estuvo en el entorno en el que hoy se erige. Queremos decir que la Puerta de Alcalá no se convirtió en una plaza hasta el año 1889. Esta puerta de estilo neoclásico está considerada como el primer arco de triunfo que se construyó en Europa tras la caída del Imperio Romano. Por esa razón se la considera inspiración de monumentos como la berlinesa Puerta de Brandemburgo o el Arco del Triunfo de París.
Un entorno esencial en la vida madrileña
La Puerta de Alcalá es una referencia espacial, un símbolo de la vida madrileña que, asimismo, cuenta con un buen número de lugares de interés a su alrededor. Visitas inexcusables que todo turista debe hacer, al menos, una vez.
Para empezar, junto a la Puerta de Alcalá encontrarás el Parque del Buen Retiro, uno de los lugares preferidos por madrileños y visitantes para hacer deporte, pasear, descansar o desconectar del ajetreo de la ciudad durante unos momentos.
Pero este no es el único atractivo que se encuentra a menos de 700 metros a la redonda del monumento. En su entorno tienes a tiro de piedra el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Thyssen, la Plaza de Cibeles o el Museo Naval.